El cinturón de la verdad, 22 de enero
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad.
Efesios
6:14
.
Fuera de la verdad no hay absolutamente ninguna salvaguardia contra
el mal. Ningún hombre en cuyo corazón no more la verdad puede perma-
necer firme en favor de la justicia. Sólo hay un poder capaz de hacernos y
mantenernos inconmovibles: el poder de Dios que se nos imparte mediante
la gracia de Cristo.—
In Heavenly Places, 179
.
Y en la iglesia son muchos los que se figuran comprender lo que creen,
y no se percatarán de su propia debilidad mientras no se levante una contro-
versia. Cuando estén separados de los que sostienen la misma fe, y estén
obligados a destacarse solos para explicar su creencia, se sorprenderán al
ver cuán confusas son sus ideas de lo que habían aceptado como verdad...
El Señor invita a todos los que creen su Palabra a que despierten. Ha
llegado una luz preciosa, apropiada para este tiempo. Es la verdad bíbli-
ca, que muestra los peligros que están por sobrecogernos. Esta luz debe
inducirnos a un estudio diligente de las Escrituras, y a un examen muy
crítico de las creencias que sostenemos... Los creyentes no han de confiar
en suposiciones e ideas mal definidas de lo que constituye la verdad. Su fe
debe estar firmemente basada en la Palabra de Dios, de manera que cuando
llegue el tiempo de prueba, y sean llevados ante concilios para responder por
su fe, puedan dar razón de la esperanza que hay en ellos, con mansedumbre
y temor...
Las enseñanzas erróneas de la teología popular han hecho miles y miles
de escépticos e incrédulos. Hay errores e inconsecuencias que muchos
denuncian como enseñanza de la Biblia, que son realmente interpretaciones
falsas de la Escritura. . . En vez de criticar la Biblia, tratemos, por nues-
tros preceptos y ejemplo, de presentar al mundo sus verdades sagradas y
vivificadoras, a fin de que podamos anunciar “las virtudes de aquel que os
ha llamado de las tinieblas a la luz admirable”.
1 Pedro 2:9
.—
Joyas de los
Testimonios 2:312-316
.
La verdad permanece firmemente establecida en la Roca eterna: un
fundamento que la tormenta no puede conmover... No arriéis el estandarte
de la verdad.—
Testimonies for the Church 8:162
.
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