Página 317 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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El banquete de su palabra, 22 de octubre
Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su
gracia, la cual es poderosa para sobreedificaros y daros herencia con
todos los santificados.
Hechos 20:32
.
La ciencia más importante y más esencial es el conocimiento de Dios y
su Palabra... Nuestra comprensión de lo espiritual debería crecer día tras
día; y el cristiano crecerá en gracia justamente en la misma proporción
en que dependa de la enseñanza de la Palabra de Dios, y la aprecie, y se
habitúe a meditar en las cosas divinas.—
The Review and Herald, 17 de
abril de 1888
.
Al darnos el privilegio de estudiar su Palabra, el Señor ha puesto delante
de nosotros un rico banquete. Muchos son los beneficios que derivan del
alimentarse de su Palabra, que él representa como su carne y su sangre,
como su espíritu y su vida. Al comer su Palabra, aumenta nuestra fuerza
espiritual, crecemos en la gracia y el conocimiento de la verdad. Se forman
y fortalecen hábitos de dominio propio. Las flaquezas de la infancia—
inquietud, caprichos, egoísmo, palabras apresuradas, actos apasionados—,
desaparecen, y en su lugar se desarrollan las gracias de la virilidad y la
femineidad cristianas.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos
acerca de la Educación Cristiana, 160
.
El Señor, en su gran misericordia, nos ha revelado en las Escrituras las
reglas del santo vivir...
El ha inspirado a hombres santos para que registrasen, para nuestro
beneficio, las instrucciones concernientes a los peligros que obstruyen el
camino y la forma de escapar de ellos. Los que obedecen su mandato de
escudriñar las Escrituras, no ignorarán estas cosas. En medio de los peligros
de los últimos días, cada miembro de la iglesia debería comprender las
razones de su esperanza y fe, razones que no son difíciles de comprender.
Si queremos crecer en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor
Jesucristo, hay suficiente material para ocupar la mente.—
Mensajes para
los Jóvenes, 280
.
Cuandoquiera que los hijos de Dios crezcan en la gracia, obtendrán
cada vez más clara comprensión de su Palabra. Y discernirán nueva luz y
belleza en sus verdades sagradas. Esto ha venido sucediendo en la historia
de la iglesia en todas las edades, y así seguirá siendo hasta el fin.—
Obreros
Evangélicos, 312
.
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