No hay lugar para la ociosidad, 27 de octubre
El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge,
desparrama.
Lucas 11:23
.
¿Cómo podría resplandecer nuestra luz ante el mundo a menos que lo
hiciera mediante una vida cristiana consecuente? ¿Cómo podría saber el
mundo que pertenecemos a Cristo si no hacemos nada por él? ... No hay
terreno neutral entre los que trabajan al máximo de sus posibilidades para
Cristo y los que obran en favor del adversario de las almas. Todo el que
permanece ocioso en la viña del Señor no solamente no está haciendo nada,
sino que está estorbando a los que tratan de trabajar. Satanás encuentra
empleo para todos aquellos que no luchan fervorosamente para asegurar
su propia salvación y la de los demás... Cuandoquiera que el cristiano baje
su guardia, el poderoso adversario lanza un repentino y violento ataque.
A menos que los miembros de la iglesia sean activos y vigilantes, serán
vencidos por sus artimañas.—
Testimonies for the Church 5:393, 394
.
Muchos que deberían estar firmes de parte de la justicia y la verdad han
manifestado tal debilidad e indecisión que han animado a Satanás a lanzar
sus asaltos. Los que dejan de crecer en gracia, sin tratar de lograr el nivel
más elevado de desarrollo divino, serán vencidos...
En esta época de conflicto y prueba necesitamos todo el apoyo y el
consuelo que pueden derivarse de los principios justos, de las convicciones
religiosos establecidas, de la permanente seguridad del amor de Cristo y de
la rica experiencia en las cosas divinas.
Alcanzaremos la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús
únicamente como resultado de un crecimiento sostenido en la gracia.—
Ibid.
104, 105
.
La obra que hacemos o dejamos de hacer es la que decide con tremendo
poder nuestras vidas y nuestros destinos. Dios requiere que aprovechemos
toda oportunidad de utilidad que se nos ofrece. El dejar de hacerlo es
peligroso para nuestro crecimiento espiritual. Tenemos una gran obra que
hacer. No pasemos en ociosidad las preciosas horas que Dios nos ha dado
para que perfeccionemos nuestros caracteres para el cielo.—
Testimonies
for the Church 3:540
.
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