Página 331 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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Cuando Satanás es impotente, 4 de noviembre
Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los
contritos de espíritu.
Salmos 34:18
.
Satanás sabe que aquellos que buscan a Dios fervientemente para al-
canzar perdón y gracia los obtendrán; por lo tanto les recuerda sus pecados
para desanimarlos. Constantemente busca motivos de queja contra los que
procuran obedecer a Dios. Trata de hacer aparecer como corrompido aun
su servicio mejor y más aceptable. Mediante estratagemas incontables y de
las más sutiles y crueles, intenta obtener su condenación.
El hombre no puede por sí mismo hacer frente a estas acusaciones del
enemigo. Con sus ropas manchadas de pecado, confiesa su culpabilidad
delante de Dios. Pero Jesús, nuestro Abogado, presenta una súplica eficaz
en favor de todos los que mediante el arrepentimiento y la fe le han confiado
la guarda de sus almas. Intercede por su causa y vence a su acusador con
los poderosos argumentos del Calvario. Su perfecta obediencia a la ley de
Dios le ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra, y él solicita a su
Padre misericordia y reconciliación para el hombre culpable. Al acusador
de sus hijos declara: “¡Jehová te reprenda, oh Satanás! Estos son la compra
de mi sangre, tizones arrancados del fuego”. Y los que confían en él con fe
reciben la consoladora promesa: “Mira que he hecho pasar tu pecado de ti,
y te he hecho vestir ropas de gala”.
Zacarías 3:4
.
Todos los que se hayan revestido del manto de la justicia de Cristo
subsistirán delante de él como escogidos fieles y veraces. Satanás no puede
arrancarlos de la mano de Cristo. Este no dejará que una sola alma que
con arrepentimiento y fe haya pedido su protección caiga bajo el poder
del enemigo. Su Palabra declara: “¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga
conmigo paz, sí, haga paz conmigo”.
Isaías 27:5
. La promesa hecha a Josué
se dirige a todos: “Si guardares mi ordenanza... entre éstos que aquí están
te daré plaza”.
Zacarías 3:7
. Los ángeles de Dios irán a cada lado de ellos,
aun en este mundo, y ellos estarán al fin entre los ángeles que rodean el
trono de Dios.—
La Historia de Profetas y Reyes, 430, 431
.
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