Página 336 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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Unión con Cristo, 9 de noviembre
Vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.
Romanos 13:14
.
Dios emplea diversos instrumentos para salvar a los hombres. Les habla
por medio de su Palabra y de sus ministros, y por medio de su Espíritu les
envía mensajes de amonestación, reprensión e instrucción. Estos medios
tienen como propósito iluminar el entendimiento de la gente, para revelarle
su deber y sus pecados, y las bendiciones que pueden recibir; para despertar
en ellos una sensación de necesidad espiritual a fin de que puedan ir a Cristo
y encontrar en él la gracia que necesitan...
Todo individuo, por decisión propia, se aparta de Cristo al no albergar
su Espíritu y seguir su ejemplo, o entra en una unión personal con Cristo por
la renuncia propia, la fe y la obediencia. Cada uno de nosotros debe elegir
por sí mismo a Cristo, puesto que él nos eligió primero. Esta unión con
Cristo debe ser realizada por aquellos que están naturalmente enemistados
con él. Es ésta una relación de total dependencia, en la que debe entrar un
corazón orgulloso. Es una obra minuciosa y muchos de los que profesan
ser seguidores de Cristo no saben nada de ella. Nominalmente aceptan al
Salvador, pero no como el único conductor de sus corazones...
Renunciar a su propia voluntad, tal vez a los objetos preferidos de
afecto y propósito, requiere un esfuerzo, y muchos vacilan, abandonan y
retroceden. Pero esta batalla debe ser librada por cada corazón verdadera-
mente convertido. Debemos luchar con las tentaciones externas e internas.
Debemos obtener la victoria sobre el yo, crucificando los afectos y las con-
cupiscencias; y entonces comienza la unión del alma con Cristo... Después
que esta unión se ha producido, se la puede conservar sólo mediante esfuer-
zo permanente, ferviente y penoso. Cristo ejerce su poder para preservar y
guardar este sagrado vínculo, y el pecador dependiente e indefenso debe
hacer su parte con incansable energía, o en caso contrario, Satanás, mediante
su poder cruel y astuto, lo separará de Cristo...
No basta creer acerca de él. Debéis descansar plenamente en su gracia
salvadora.—
Testimonies for the Church 5:46-49
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1—M. G. de D.
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