Página 341 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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Sin ninguna reserva, 14 de noviembre
Sol y escudo es Jehová Dios; gracia y gloria dará Jehová. No quitará
el bien a los que andan en integridad.
Salmos 84:11
.
“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”
Romanos
8:32
. Apreciemos el gran sacrificio que Dios ha hecho en nuestro favor. No
habrá una época en que seamos más bienvenidos a los dones de su gracia
que ahora. Cristo dio su vida por los hombres, para que pudieran saber
cuánto los amaba. No desea que nadie perezca sino que todos procedan al
arrepentimiento. Todos los que se sometan a su voluntad pueden tener la
vida que se mide con la vida de Dios... La espada de la justicia cayó sobre
él para que ellos pudieran salir libres. Murió para que pudieran vivir...
Debemos permanecer firmes de parte de los principios de la Palabra
de Dios, recordando que Dios está con nosotros para darnos fortaleza con
el fin de hacer frente a cada nueva experiencia. Mantengamos siempre
los principios de justicia en nuestras vidas, para que en el nombre del
Señor avancemos de fortaleza en fortaleza... Hemos de atesorar como muy
preciosa la obra que el Señor está realizando por medio de su pueblo que
guarda los mandamientos, y el cual, por virtud del poder de su gracia,
aumentará en fortaleza y eficiencia a medida que el tiempo avance. El
enemigo está tratando de anublar el discernimiento del pueblo de Dios y de
debilitar su eficiencia; pero si quieren trabajar bajo la dirección del Espíritu
de Dios, él abrirá puertas de oportunidad delante de ellos para la obra de
edificar los desiertos antiguos. Su experiencia será de constante crecimiento
en seguridad y poder hasta que el Señor descienda del cielo con fortaleza y
gran gloria para poner su sello de triunfo final sobre sus fieles.
El Señor desea ver que la obra del mensaje del tercer ángel sea lleva-
da adelante con eficiencia creciente. Así como ha trabajado en todas las
edades para dar valor y poder a su pueblo, en esta época anhela llevar a
la culminación triunfante su propósito para su iglesia. Insta a sus santos a
avanzar unidos, yendo de fortaleza a mayor fortaleza, de fe a fe creciente,
en la justicia y la verdad de su causa.—
The Review and Herald, 11 de enero
de 1912
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