Gozo perpetuo, 16 de diciembre
Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y
gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y
huirán la tristeza y el gemido.
Isaías 35:10
.
Cuando Cristo vino a esta tierra la primera vez, lo hizo humilde y
oscuramente, y su vida fue de sufrimiento y pobreza... En ocasión de su
segunda venida todo será diferente. Los hombres no lo verán como un
prisionero rodeado por el populacho, sino como al Rey del cielo.—
The
Review and Herald, 13 de noviembre de 1913
.
Cristo vendrá en su propia gloria, en la gloria del Padre, y en la gloria de
los santos ángeles. Millones de millones y millares de millares de ángeles,
los hermosos y triunfantes hijos de Dios, que poseen una inconmensurable
hermosura y gloria, lo escoltarán en su camino. En lugar de la corona de
espinas, él llevará una corona de gloria—una corona dentro de una corona.
En lugar de ese antiguo manto de púrpura, estará vestido con un ropaje del
blanco más puro, tanto que “ningún lavador en la tierra los puede hacer
tan blancos”.
Marcos 9:3
. Y en su vestido y en su muslo habrá escrito un
nombre: “Rey de reyes y Señor de señores”.
Apocalipsis 19:16
...
Cristo ha sido para estos fieles seguidores un compañero de cada día,
un amigo familiar. Han vivido en una estrecha y constante comunión con
Dios. Sobre ellos apareció la gloria del Señor. En ellos se ha reflejado la
luz del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo. Ahora
se gozan en los no empañados rayos del resplandor de la gloria del Rey en
su majestad. Están preparados para la comunión del cielo, porque tienen
el cielo en sus corazones. Con las cabezas levantadas, con los brillantes
rayos del Sol de justicia refulgiendo sobre ellos, regocijándose porque
su redención está cerca, salen en busca del Esposo.—
Nuestra Elevada
Vocación, 369
. (Traducción revisada.)
Un poco más, y veremos al Rey en su hermosura. Un poco más, y él
enjugará toda lágrima de nuestros ojos... Entonces innumerables voces
entonarán el himno: “He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres,
y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con
ellos como su Dios”.
Apocalipsis 21:3
.—
The Review and Herald, 13 de
noviembre de 1913
.
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