Página 38 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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La lealtad, virtud suprema, 29 de enero
Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.
2
Timoteo 2:3
.
Somos soldados de Cristo; y se espera que los que se alistan en su
ejército realicen tareas difíciles, tareas que consumirán sus energías hasta
lo sumo. Debemos comprender que la vida de un soldado es de combate
agresivo, de perseverancia y de resistencia. Debemos soportar pruebas
por causa de Cristo. No estamos participando de combates simulados.—
Testimonies for the Church 6:140
.
Resolved, no sobre la base de vuestra propia fortaleza, sino sobre la
fortaleza y la gracia dadas por Dios, que le consagraréis ahora, justamente
ahora toda facultad y toda habilidad. Entonces seguiréis a Jesús porque os
lo pide, y no preguntaréis a dónde vais ni qué recompensa se os dará...
Cuando muráis al yo, cuando os sometáis a Dios, para hacer su obra,
para que la luz que os ha dado resplandezca en buenas obras, no trabajaréis
solos. La gracia de Dios está presente para colaborar con todo esfuerzo para
iluminar al ignorante y a aquellos que no saben que el fin de todas las cosas
está cerca. Pero Dios no hará vuestra obra. La luz puede resplandecer en
abundancia, mas la gracia proporcionada convertirá vuestra alma únicamen-
te en la medida que os inste a colaborar con los instrumentos divinos. Sois
llamados a revestiros de la armadura cristiana y entrar en el servicio del
Señor como soldados activos. El poder divino debe cooperar con el esfuerzo
humano para quebrantar el embrujo del mundo que el enemigo ha lanzado
sobre vuestras almas.—
Testimonies for the Church 8:55, 56
.
El Señor nos ha honrado escogiéndonos como sus soldados. Comba-
tamos valientemente por él, manteniéndonos de parte de lo recto en cada
circunstancia. La rectitud en todas las cosas es esencial para el combate del
alma. Mientras lucháis por ganar la victoria sobre vuestras propias inclina-
ciones, os ayudará por medio de su Santo Espíritu a ser circunspectos en
cada acto, de manera que no deis ocasión al enemigo de hablar mal de la
verdad.—
The S.D.A. Bible Commentary 6:1119
.
Somos soldados de Cristo. Él es el capitán de nuestra salvación, y
nosotros estamos bajo sus órdenes y reglas. Hemos de usar su armadura;
hemos de marchar solamente bajo su estandarte.—
Testimonios para los
Ministros, 301
.
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