Prioridad para los requerimientos divinos, 20 de febrero
Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
Hechos 5:29
.
El mensaje que debemos proclamar no es un mensaje cuya declaración
necesitemos rehuir. Sus defensores no deben tratar de encubrirlo, de ocultar
su origen y propósito. Como quienes han hecho votos solemnes a Dios, y
quienes han sido comisionados como mensajeros de Cristo, como dispen-
sadores de los misterios de la gracia, nos hallamos bajo la obligación de
declarar fielmente todo el consejo de Dios.
No debemos restar prominencia a las verdades especiales que nos han
separado del mundo, y nos han hecho lo que somos; porque están llenas de
intereses eternos. Dios nos ha dado luz acerca de lo que acontece ahora,
y por la pluma y de viva voz debemos proclamar la verdad al mundo.—
Obreros Evangélicos, 305
.
El sábado es la piedra de toque de Jehová, y ningún hombre, aunque
sea rey, sacerdote o gobernante, tiene derecho a colocarse entre Dios y
el hombre. Los que quieren ponerse por conciencia de sus semejantes, se
colocan por encima de Dios. Los que se encuentran bajo la influencia de
una falsa religión y observan un falso día de reposo descartarán las pruebas
más evidentes concernientes al sábado. Procurarán compeler a los hombres
a obedecer las leyes inventadas por ellos en oposición directa a la ley de
Dios... La ley relativa a la observancia del primer día de la semana proviene
de una cristiandad apóstata... En ningún caso deben rendirle homenaje los
hijos de Dios.—
Joyas de los Testimonios 3:397
.
El estandarte de la verdad y de la libertad religiosa sostenido en alto por
los fundadores de la iglesia evangélica y por los testigos de Dios durante los
siglos que desde entonces han pasado, ha sido, para este último conflicto,
confiado a nuestras manos... Hemos de reconocer los gobiernos humanos
como instituciones ordenadas por Dios mismo, y enseñar la obediencia a
ellos como un deber sagrado, dentro de su legítima esfera. Pero cuando sus
demandas estén en pugna con las de Dios, hemos de obedecer a Dios antes
que a los hombres. La palabra de Dios debe ser reconocida sobre toda otra
legislación humana. Un “Así dice Jehová” no ha de ser puesto a un lado
por un “Así dice la iglesia” o un “Así dice el estado”.—
Los Hechos de los
Apóstoles, 56
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