Página 81 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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Fuente de compasión y misericordia, 10 de marzo
Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el
cetro de tu reino.
Salmos 45:6
.
Aunque ascendió a la presencia de Dios y comparte el trono del universo,
Jesús no ha perdido nada de su naturaleza compasiva. Hoy el mismo tierno y
simpatizante corazón está abierto a todos los pesares de la humanidad. Hoy
las manos que fueron horadadas se extienden para bendecir abundantemente
a su pueblo que está en el mundo...
En todas nuestras pruebas, tenemos un Ayudador que nunca nos falta.
Él no nos deja solos para que luchemos con la tentación, batallemos contra
el mal, y seamos finalmente aplastados por las cargas y tristezas. Aunque
ahora esté oculto para los ojos mortales, el oído de la fe puede oír su voz
que dice: No temas; yo estoy contigo. Yo soy “el que vivo, y he sido muerto;
y he aquí que vivo por siglos de siglos”.
Apocalipsis 1:18
.—
El Deseado de
Todas las Gentes, 446, 447
.
Los que expulsan la iniquidad de sus corazones y extienden las manos
en ferviente súplica a Dios, recibirán la ayuda que sólo Dios puede darles.
Se ha pagado un rescate por las almas de los hombres, para que pudieran
tener la oportunidad de escapar de la esclavitud del pecado y obtener perdón,
pureza y el cielo. Los que frecuentan el trono de la gracia, para ofrecer
peticiones sinceras y fervientes en procura de sabiduría y poder divinos, no
dejarán de ser siervos de Cristo activos y útiles. Puede ser que no posean
grandes talentos, pero con humildad de corazón y firme confianza en Jesús
podrán hacer una buena obra al traer almas a Cristo...
Miles tienen falsos conceptos de Dios y sus atributos... Dios es un Dios
de verdad. Justicia y misericordia son los atributos de su trono. Es un Dios
de amor, de piedad y tierna compasión. Así está representado en su Hijo,
nuestro Salvador. Es un Dios de paciencia y longanimidad. Si el Ser a quien
adoramos y cuyo carácter tratamos de asimilar tiene estas características,
estamos adorando al verdadero Dios.
Si seguimos a Cristo, sus méritos, que nos son imputados, ascienden
ante el Padre como dulce perfume. Y las gracias del ascienden ante el Padre
como dulce perfume.—
Testimonies for the Church 5:173, 174
.
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