Presentad vuestro caso, 20 de marzo
Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia.
Oseas 14:4
.
Espero que nadie se forme la idea de que está ganando el favor de Dios
al confesar sus pecados o que hay una virtud especial en confesárselos a
los seres humanos... El Señor querría que acudiéramos diariamente a él con
todas nuestras cuitas y confesiones de pecado, y él nos puede dar descanso...
Confesad vuestros pecados secretos únicamente delante de vuestro Dios.
Reconoced las desviaciones de vuestro corazón delante del que conoce per-
fectamente cómo tratar vuestro caso. Si habéis perjudicado a vuestro vecino,
reconoced vuestro pecado ante él y manifestad el fruto del arrepentimiento
por medio de la restitución. Entonces pedid la bendición. Acudid a Dios tal
como estáis y dejadlo curar vuestras debilidades. Presentad vuestro caso al
trono de la gracia; dejad que se haga en vosotros una obra completa. Sed
sinceros al tratar con Dios y con vuestra propia alma. Si acudís a él con
corazón verdaderamente contrito, os dará la victoria. No os entenderá mal
ni os juzgará mal tampoco.
Vuestros semejantes no pueden absolveros de pecado ni limpiaros de
iniquidad. Jesús es el único que puede daros paz. Os amó y se entregó a sí
mismo por vosotros. Su gran corazón de amor se compadece de “nuestras
debilidades”.
Hebreos 4:15
. ¿Qué pecados pueden ser demasiado grandes
para su perdón? ¿Qué alma demasiado entenebrecida y oprimida por el
pecado que él no pueda salvar? Él es lleno de gracia, no busca mérito en
nosotros, sino que por su ilimitada bondad cura nuestras apostasías y nos
ama ampliamente mientras somos aún pecadores. Es “tardo para la ira,
y grande en misericordia”.
Nehemías 9:17
.—
Testimonies for the Church
5:648, 649
.
Hay remedio para el alma enferma de pecado. Ese remedio es Jesús.
¡Precioso Salvador! Su gracia es suficiente para el más débil; y el más fuerte
también debe tener su gracia o perecerá.
Vi cómo se podía obtener esta gracia. Id a vuestra cámara secreta y
ahí suplicad solos con Dios. “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y
renueva un espíritu recto dentro de mí”.
Salmos 51:10
. Sed fervientes, sed
sinceros. La oración fervorosa logra mucho. Luchad en oración tal como
Jacob.—
Spiritual Gifts 2:257
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