Página 93 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

Basic HTML Version

Cuando llega la aflicción, 22 de marzo
Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios,
humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres.
2
Crónicas 33:12
.
“En el mundo tendréis aflicción” (
Juan 16:33
), dice Cristo, pero en mí
tendréis paz. Las pruebas a las cuales son sometidos los cristianos en la
tristeza, la adversidad y el oprobio, son los medios designados por Dios
para separar el tamo del trigo. Nuestro orgullo, egoísmo, malas pasiones y
amor de los placeres mundanales, deben ser todos vencidos; por lo tanto
Dios nos manda aflicciones para probarnos, y mostrarnos que existen estos
males en nuestro carácter. Debemos vencer por su fuerza y por su gracia, a
fin de participar de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción
que está en el mundo por la concupiscencia. “Porque lo que al presente
es momentáneo y leve de nuestra tribulación—dice Pablo—, nos obra un
sobremanera alto y eterno peso de gloria; no mirando nosotros a las cosas
que se ven, sino a las que no se ven: porque las cosas que se ven son
temporales, mas las que no se ven son eternas”.
2 Corintios 4:17, 18
. Las
aflicciones, las cruces, las tentaciones, la adversidad y nuestras variadas
pruebas, son los medios que emplea Dios para refinarnos, santificarnos y
hacernos dignos de su alfolí celestial.—
Joyas de los Testimonios 1:312
.
Muchas de vuestras aflicciones han recaído sobre vosotros, en la sabi-
duría de Dios, para acercaros al trono de la gracia. Suaviza y subyuga a
sus hijos mediante dolores y dificultades. Este mundo es el taller de Dios,
donde nos amolda para las cortes celestiales. Emplea el cincel en nuestro
tembloroso corazón, hasta que desaparecen las asperezas e irregularidades,
y estamos en condiciones de ocupar el lugar que nos corresponde en el edi-
ficio celestial. Por medio de la tribulación y el pesar el cristiano se purifica
y fortalece, y desarrolla un carácter de acuerdo con el modelo dado por
Cristo.—
Testimonies for the Church 4:143
.
Permitamos que las aflicciones que tanto nos apenan y agravian sean
lecciones instructivas, que nos enseñen a avanzar hacia el blanco del premio
de nuestra alta vocación en Cristo. Sintámonos alentados por el pensamiento
de que el Señor vendrá pronto. Alegre nuestro corazón esta esperanza.—
Joyas de los Testimonios 3:433, 434
.
[90]
89