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Mensajes para los Jóvenes
Cristo. Una influencia tal exigirá respeto, y hará de estas reuniones
una bendición más bien que una maldición.
Si hombres y mujeres de edad madura colaboraran con los jóve-
nes para organizar y dirigir una sociedad literaria tal, podría ser a la
vez útil e interesante. Pero cuando estas reuniones degeneran en una
ocasión de diversión y risas ruidosas, no son literarias ni elevadoras.
Son degradantes para la mente y la moral.
Las cosas que tendrán una influencia que fortalecerá las facul-
tades mentales y acrecentará la espiritualidad son: la lectura de la
Biblia, el examen crítico de los temas bíblicos, los ensayos escritos
sobre temas que perfeccionarán el espíritu e impartirán conocimien-
to, el estudio de las profecías o las preciosas lecciones de Cristo.
Un conocimiento familiar de las Escrituras aguza la facultad del
discernimiento y fortalece al ser contra los ataques de Satanás.
Pocos comprenden que es un deber ejercer dominio sobre los
pensamientos y la imaginación. A la mente indisciplinada le resulta
difícil concentrarse en temas provechosos. Pero si no se emplean
debidamente los pensamientos, la religión no puede florecer en el
alma. La mente debe ocuparse en temas sagrados y trascendentes, o
albergará pensamientos triviales y superficiales. Tanto las facultades
intelectuales como las morales deben ser disciplinadas, y por el
ejercicio se fortalecerán y mejorarán [...].
Tanto el intelecto como el corazón deben ser consagrados al
servicio de Dios. Él tiene derecho sobre todo lo que hay en nosotros.
El seguidor de Cristo no puede participar en complacencia o en em-
presa alguna, por inocente y loable que parezca, que una conciencia
iluminada le señale como capaz de disminuir su ardor o reducir su
espiritualidad. Cada cristiano debe trabajar para hacer retroceder la
marea del mal, y salvar a nuestros jóvenes de las influencias que
quisieran arrastrarlos a la ruina. Dios nos ayude a avanzar contra la
corriente.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca
de la Educación Cristiana, 527-530
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