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Mensajes para los Jóvenes
El desdén por los consejos
Esta forma de casarse y darse en matrimonio es una de las
tretas especiales de Satanás, y casi siempre tienen éxito sus planes.
Experimento una sensación de la más penosa impotencia cuando
las partes vienen a consultarme a este respecto. Puedo decirles las
palabras que Dios quiere que les diga; pero ellos ponen en duda
cada punto, y defienden el criterio de sus propósitos, y finalmente
los realizan.
Parecen no tener poder para vencer sus deseos e inclinaciones, y
se quieren casar a toda costa. No consideran con oración y cuidado
el asunto, entregándose en las manos de Dios para ser guiados y
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manejados por su Espíritu. No parecen tener presente el temor de
Dios. Creen entender plenamente el asunto, sin la sabiduría de Dios
ni el consejo del hombre.
Cuando es demasiado tarde descubren que han cometido un
error, y que han puesto en peligro su felicidad en esta vida y la
salvación de su alma. No quisieron admitir que alguien, fuera de
ellos, pudiera saber algo en cuanto al asunto cuando, si hubieran
aceptado los consejos, se habría ahorrado años de ansiedad y penas.
Pero son inútiles los consejos dados a quienes están resueltos a hacer
su voluntad. A tales individuos, la pasión los hace pasar por encima
de todas las barreras que puedan oponer la razón y el buen criterio.
Características del verdadero amor
El amor es una planta de origen celestial. No es irrazonable,
no es ciego. Es puro y santo. Pero la pasión del corazón carnal es
enteramente otra cosa. Mientras el amor puro hará intervenir a Dios
en todos sus planes y estará en perfecta armonía con el Espíritu de
Dios, la pasión será terca, irreflexiva, irrazonable, desafiante de toda
sujeción, y hará un ídolo del objeto de su elección.
La gracia de Dios se mostrará en toda la conducta del que posee
verdadero amor. La modestia, la sencillez, la sinceridad, la moralidad
y la religión caracterizarán cada paso hacia la alianza del matrimonio.
Los que tienen un dominio tal no se dejarán absorber por la relación
con otra persona hasta el punto de perder el interés en la reunión de
oración y en el culto religioso [...].