Página 67 - Mensajes para los J

Basic HTML Version

Capítulo 15—El templo del alma
La obediencia fiel a los requerimientos de Dios, tendrá una sor-
prendente influencia para elevar, desarrollar y fortalecer todas las
facultades del hombre. Los que en su juventud se han entregado
al servicio de Dios, llegan a ser hombres de sano criterio y agu-
do discernimiento. ¿Y por qué no habría de ser así? La comunión
con el mayor Maestro que ha conocido el mundo fortalece el en-
tendimiento, ilumina la mente y purifica el corazón; eleva, refina y
ennoblece al hombre entero. “La explicación de tus Palabras ilumina,
da inteligencia a los sencillos”
El ideal de Dios
Entre los jóvenes que profesan piedad, hay una clase numerosa
que parece contradecir esta declaración. No progresan en conoci-
miento ni en espiritualidad. Sus facultades se atrofian en lugar de
desarrollarse. Pero las palabras del salmista son ciertas en cuanto al
[46]
cristiano genuino. No es ciertamente la letra desnuda de la Palabra de
Dios lo que da luz y entendimiento; es la Palabra abierta y aplicada
al corazón por el Espíritu Santo. Cuando un hombre se convierte de
veras, se hace hijo de Dios, participante de la naturaleza divina. No
solo renueva el corazón, sino que se fortalece y vigoriza el intelecto.
Ha habido muchos casos de personas que antes de la conversión eran
tenidas por poseedoras de un talento común y corriente, pero que
después de su conversión parecían enteramente transformadas. Ma-
nifestaban entonces notable poder para comprender las verdades de
la Palabra de Dios y para presentarlas a otros. Hombres de elevada
reputación intelectual han considerado un privilegio tener relaciones
con tales personas. El Sol de justicia, iluminando sus mentes con
sus brillantes rayos, avivaba toda facultad para que produjera una
acción más vigorosa.
Dios hará una gran obra por los jóvenes si ellos quieren, me-
diante la ayuda del Espíritu Santo, recibir su Palabra en el corazón y
63