El templo del alma
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“Los ojos del Señor están sobre los justos, y atentos sus oídos al
clamor de ellos”
Joven tentado, clama a Jehová. Arrójate indefenso
e indigno sobre Jesús y reclama su promesa pura. El Señor escucha-
rá. Él sabe cuán fuertes son las inclinaciones del corazón natural, y
brindará su ayuda en todo momento de tentación.
¿Has caído en el pecado? Entonces, sin más dilación, procu-
ra de Dios la misericordia y el perdón [...]. Todavía se extiende
misericordia al pecador. En medio de todos nuestros desvaríos, el
Señor nos llama así: “Convertíos, hijos rebeldes, y sanaré vuestras
rebeliones”
Testimonios para la Iglesia 5:165, 166
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Salmos 119:130
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Salmos 34:15
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Jeremías 3:22
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