La conformidad con el mundo
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su profesión, una vergüenza para la causa de Dios. Dan un mentís a
su profesión. Piensan que no son como los del mundo, pero se les
parecen tanto en su forma de vestir, en su conversación y en sus ac-
ciones, que no hay distinción. Los vi adornando sus pobres cuerpos
mortales que están sujetos a ser tocados en cualquier momento por
el dedo de Dios y yacer en el lecho de angustia. Entonces, cuando
se aproximan a su último cambio, una angustia mortal atormenta
su cuerpo, y la gran pregunta es: “¿Estoy preparado para morir?
¿preparado para aparecer ante Dios en el juicio y soportar el gran
examen?”
Preguntadles entonces qué opinan en cuanto a adornar sus cuer-
pos, y si tienen algún sentido de lo que es estar preparados para
comparecer ante Dios, y os dirán que si pudiesen volver atrás y vivir
nuevamente el pasado, corregirían sus vidas, evitarían las locuras
del mundo, su vanidad, su orgullo, y adornarían el cuerpo de una
manera modesta, dando ejemplo a todos los que los rodean. Vivirían
para la gloria de Dios.
¿Por qué es tan difícil vivir una vida abnegada, humilde? Porque
los cristianos profesos no están muertos al mundo. Es fácil vivir
después de estar muertos. Pero muchos anhelan los puerros y las
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cebollas de Egipto. Tienen disposición para vestirse y proceder de
un modo tan parecido al mundo como sea posible, y sin embargo,
esperan ir al cielo. Los tales ascienden por otro camino. No entran
por la puerta estrecha y el camino angosto...
Para ellos no habrá excusa. Muchos se visten como los mundanos
para tener influencia. Pero en esto cometen un triste y fatal error. Si
quieren tener una influencia verdadera y salvadora, vivan de acuerdo
con su profesión, muestren su fe mediante sus obras justas, y hagan
notar bien la distinción entre el cristiano y el mundo. Vi que las
palabras, el vestido y las acciones deberían hablar en favor de Dios.
Entonces se esparcirá una influencia santa sobre todos, y todos se
percatarán de que ellos han estado con Jesús. Los incrédulos verán
que la verdad que profesamos tiene una sagrada influencia, y que la
fe en la venida de Cristo afecta el carácter del hombre o la mujer. Si
alguien desea ejercer influencia en favor de la verdad, practíquela en
su vida e imite así al humilde Modelo.