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Mensajes Para los Jóvenes
hasta el fin del tiempo, otro despertar, grande ni pequeño. Pero no
ignoramos sus ardides. Es posible resistir a su poder. Cuando se haya
preparado el camino para el Espíritu de Dios, vendrá la bendición.
Tan ciertamente como que Satanás no puede cerrar las ventanas del
cielo para que no caiga lluvia sobre la tierra, no puede impedir que
una lluvia de bendición caiga sobre el pueblo de Dios. Ni los hom-
bres perversos ni los demonios pueden obstaculizar la obra de Dios
ni impedir su presencia en las asambleas de su pueblo, si éste, con
corazón contrito y sumiso, confiesa y aparta sus pecados, y reclama
con fe sus promesas (
Review and Herald,
marzo 22, 1887
).
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