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Mensajes Para los Jóvenes
De todas las vocaciones de la vida se pueden aprender útiles
lecciones espirituales. Los que labran el suelo, mientras trabajan
pueden estudiar el significado de las palabras: Vosotros sois labra-
dores de Dios. Deben sembrar en el corazón humano las semillas de
la verdad para que la vida pueda llevar los ricos frutos del Espíritu.
La impresión de Dios sobre la mente va a modelarla con gracia y
simetría. Las energías naturales, tanto físicas como mentales, deben
ser educadas para el servicio del Maestro. . .
A todos ha dado Cristo la obra de ministrar. El es el Rey de la
gloria y, sin embargo, declara: “El Hijo del hombre no vino para ser
servido, sino para servir”
No obstante ser la Majestad del cielo,
estuvo dispuesto a venir a esta tierra para hacer la obra que su Padre
le había confiado. El ha ennoblecido el trabajo. Trabajó con sus
manos como carpintero para darnos un ejemplo de laboriosidad.
Desde una edad muy temprana desempeñó su parte en el sostén de
la familia. Se daba cuenta de que constituía una parte en la sociedad
de la familia, y voluntariamente cargó con lo que le correspondía.
La ayuda en el hogar
Tanto los niños como los jóvenes deben hallar placer en aliviar
las cargas de sus padres mostrando un interés abnegado por las cosas
del hogar. Mientras llevan alegremente las cargas que les correspon-
den reciben una educación que los hará aptos para ocupar puestos
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de confianza y utilidad. Cada año han de hacer progresos constantes,
dejando gradual pero seguramente a un lado la inexperiencia de la
infancia a cambio de la experiencia de la madurez. En el desempeño
fiel de los sencillos deberes del hogar, los muchachos y las niñas
ponen el cimiento de la excelencia mental, moral y espiritual.
La trama del destino
Recordad, queridos jóvenes amigos, que cada día, cada hora,
cada momento estáis tejiendo la trama de vuestro propio destino.
Cada vez que se arroja la lanzadera, se introduce en la trama un
hilo que echa a perder o embellece el tejido. Si sois descuidados
e indolentes, malográis la vida que Dios quiere que sea brillante
Mateo 20:28
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