“Honra a Jehová de tu sustancia”
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para ser usados para el adelantamiento de mi causa, para enviar
al predicador viviente a abrir las Escrituras ante los que están en
tinieblas.
¿Correrá, pues, alguien el riesgo de retener de Dios lo que es su-
yo, haciendo así lo que hizo el siervo infiel que escondió en la tierra
el dinero de su señor? ¿Trataremos, como dicho hombre, de justifi-
car nuestra infidelidad, quejándonos de Dios y diciendo: “Señor, te
conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste, y re-
coges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu
talento en la tierra: aquí tienes lo que es tuyo”
¿No presentaremos
más bien nuestras ofrendas de gratitud a Dios (
Youth’s Instructor,
agosto 26, 1897
).
[307]
Mateo 25:24, 25
.