Capítulo 2—Un llamado a la juventud
Dios quiere que los jóvenes lleguen a ser hombres de mente
seria, a estar preparados para la acción en su noble obra y a ser
aptos para llevar responsabilidades. Dios llama a jóvenes de corazón
incorrupto, fuertes y valientes, decididos a pelear varonilmente en la
lucha que les espera, para que glorifiquen a Dios y beneficien a la
humanidad. Si los jóvenes tan sólo hicieran de la Biblia un objeto
de estudio, calmasen sus impetuosos deseos y escuchasen la voz de
su Creador y Redentor, no sólo estarían en paz con Dios, sino que
se sentirían ennoblecidos y elevados. Joven amigo, redundará en
beneficio de tu interés eterno si prestas atención a las instrucciones
que contiene la Palabra de Dios, pues son de inestimable importancia
para ti.
Te ruego que seas prudente y consideres el resultado de llevar una
vida sin freno, no gobernada por el Espíritu de Dios. “No os engañéis:
Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne
segará corrupción”
Por amor de tu alma, por amor de Cristo, quien
se dio a sí mismo para salvarte de la ruina, detente en el umbral
de tu vida y pesa bien tus responsabilidades, tus oportunidades, tus
posibilidades. Dios te ha dado la oportunidad de cumplir un elevado
destino. Tu influencia puede dar testimonio de la verdad de Dios:
puedes ser colaborador de Dios en la gran obra de la redención
humana...
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Llamados a un elevado destino
¡Ojalá los jóvenes apreciasen el elevado destino al cual son llama-
dos! Examinad bien el sendero que siguen vuestros pies. Empezad
vuestra obra con elevado y santo propósito y determinad que, por el
poder y la gracia de Dios, no os apartaréis de la senda de la rectitud.
Si empezáis a ir en dirección equivocada, cada paso estará lleno de
Gálatas 6:7, 8
.
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