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Mensajes Para los Jóvenes
Primero las cosas primeras
Los que han participado del solemne rito del bautismo se han
comprometido a buscar las cosas de arriba, donde está Cristo sentado
a la diestra de Dios; a trabajar fervientemente por la salvación de
los pecadores. Dios pregunta a los que adoptan su nombre: ¿Cómo
estáis usando las facultades que han sido redimidas por la muerte
de mi Hijo? ¿Estáis haciendo todo lo que podéis para alcanzar
una altura mayor en la comprensión espiritual? ¿Estáis poniendo
vuestros intereses y actos en armonía con los importantes requisitos
de la eternidad?
Debe producirse una reforma en el pueblo de Dios. “Si, pues,
coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de
Dios”
Aquellos sobre quienes el Señor ha puesto la carga de su
obra luchan por proclamar el mensaje, para que sean amonestadas
las almas que están pereciendo en la ignorancia. ¿No podéis hacer
algo mediante la abnegación para ayudarlos en su trabajo? Despertad
y mostrad, por vuestro celo abnegado y vuestro fervor, que estáis
convertidos.
En la obra de salvar almas se requiere todo nuestro dinero. El
dinero invertido por el profeso pueblo de Dios en retratos de rostros
humanos podría sostener a varios misioneros. Muchas corrientes
pequeñas, al juntarse, forman un río grande. Cometemos un desfal-
co con los bienes de nuestro Señor cuando usamos para placeres
egoístas los medios que deberían ser usados para proclamar el últi-
mo mensaje de amonestación. Si gastáis el dinero del Señor en la
satisfacción propia, ¿cómo podéis esperar que él siga otorgándoos
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sus bienes? ¿Qué opinión tiene el Maestro de los que egoístamente
invierten su dinero en fotografías? Ese mismo dinero hubiera podido
ser usado para comprar publicaciones para enviar a los que están en
las tinieblas de la ignorancia.
La verdad que Dios nos ha dado debe anunciarse al mundo. Se
nos ha dado el privilegio de hacer este trabajo. Hemos de sembrar la
semilla de la verdad junto a todas las aguas. El Señor nos pide que
practiquemos la abnegación y el sacrificio. El Evangelio demanda
una consagración completa. Las necesidades de la causa demandan
todo lo que podamos dar. Nuestra complacencia en sacar fotogra-
1 Corintios 10:31
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