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Mensajes Para los Jóvenes
a la oración. Hallarán que no pueden emplear mejor sus momentos
libres. Los caminos de la sabiduría “son caminos deleitosos, y todas
sus veredas paz”
Pablo, escribiendo a Tito, exhorta a los jóvenes a la sobriedad:
“Exhorta también a los jóvenes a que sean sobrios: en todas las
cosas mostrándote a ti mismo un dechado de buenas obras; en tu
enseñanza manifestando incorrupción, sobriedad, discurso sano que
no puede ser condenado: para que el que es de la parte contraria se
avergüence, no teniendo ningún mal que decir contra vosotros”
Ruego a los jóvenes, por amor a su propia alma, que presten
atención a la exhortación del apóstol. Todas estas bondadosas ins-
trucciones, amonestaciones y reprensiones serán un sabor de vida
para vida o de muerte para muerte.
Los jóvenes están naturalmente inclinados a sentir que no se
espera de ellos que lleven responsabilidades, cuidados o cargas. Pero
sobre cada uno descansa la obligación de alcanzar la norma de la
Biblia. La luz que brilla en forma de privilegios y oportunidades,
en el ministerio de la palabra, en consejos, amonestaciones y re-
prensiones, perfeccionará el carácter o condenará a los indiferentes.
Han de apreciar la luz tanto los jóvenes como los de edad madura.
¿Quién quiere ponerse ahora de parte de Dios decidido a que el
servicio a Dios ocupe el primer lugar en su vida? ¿Quiénes quieren
ser portadores de cargas?
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“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud”
Jesús
desea el servicio de los que tienen el rocío de la juventud. Quiere
que sean herederos de la inmortalidad. Pueden llegar a ser hombres
y mujeres nobles a pesar de la corrupción que abunda y mancilla a
tantos de los jóvenes en temprana edad. Pueden ser libres en Cristo,
hijos de la luz, no de las tinieblas.
Dios pide a cada joven y señorita que renuncie a todo hábito ma-
lo, que sea diligente en los negocios, ferviente en espíritu, sirviendo
al Señor. No tienen por qué permanecer en la indolencia sin hacer
ningún esfuerzo para vencer los malos hábitos o mejorar la conducta.
El vigor del esfuerzo que hacen para obedecer los mandamientos de
Dios será la prueba de la sinceridad de sus oraciones. A cada paso
Proverbios 3:17
.
Tito 2:6-8 (VM)
.
Eclesiastés 12:1
.