Página 407 - Mensajes Para los J

Basic HTML Version

Capítulo 146—La vida licenciosa de la juventud
Queridos jóvenes amigos, por breve que sea el tiempo que hayáis
llevado una vida licenciosa, producirá una cosecha que amargará
vuestra vida entera; una hora de descuido—el ceder una sola vez a
la tentación—puede desviar toda la corriente de vuestra vida hacia
una dirección equivocada. Podéis tener una sola juventud; hacedla
útil. Después que habéis pasado una vez por el terreno, no podéis
rectificar vuestros errores. El que rehúsa tener comunión con Dios y
se coloca en el camino de la tentación, caerá con seguridad.
Dios prueba a cada joven. Muchos han disculpado su descuido e
irreverencia con el mal ejemplo que les han dado algunas personas
de la misma fe y de más experiencia. Pero esto no debiera disuadir a
nadie del bien hacer. En el día de las cuentas finales no podréis aducir
las excusas que presentáis ahora. Seréis condenados con justicia,
porque conocíais el camino, pero no escogisteis andar en él.
La tentación
Satanás, el archiengañador, se transforma en ángel de luz y se
presenta a los jóvenes con sus engañosas tentaciones, y consigue
apartarlos, paso a paso, de la senda del deber. Se lo describe como
acusador, engañador, mentiroso, atormentador, asesino. “El que ha-
ce pecado, es del diablo”
Cada transgresión acarrea condenación
sobre el alma y provoca el desagrado divino. Dios discierne los pen-
samientos del corazón. Cuando se acarician pensamientos impuros,
[428]
no es necesario expresarlos por palabras o hechos para consumar el
pecado y acarrear la condenación sobre el alma. Su pureza ya está
contaminada, y el tentador ha triunfado.
Todo hombre es tentado cuando es llevado por sus propias con-
cupiscencias y seducido. Al seguir sus inclinaciones se aparta del
camino de la virtud y del bien verdadero. Si los jóvenes poseyesen
1 Juan 3:8
.
403