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Mensajes Para los Jóvenes
La vida del cristiano es una lucha. Pero “no tenemos lucha contra
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales
de maldad en las regiones celestes”
En este conflicto de la justicia
contra la injusticia, sólo podemos tener éxito mediante la ayuda
divina. Nuestra voluntad finita debe ser sometida a la voluntad del
Infinito; la voluntad humana debe unirse a la divina. Esto traerá
al Espíritu Santo en ayuda nuestra, y cada conquista tenderá a la
recuperación de la posesión comprada por Dios, a la restauración de
su imagen en el alma.
La ayuda del Espíritu Santo
El Señor Jesús actúa mediante el Espíritu Santo, pues éste es
su representante. Por su medio infunde vida espiritual en el alma,
avivando sus energías para el bien, limpiándola de la impureza moral,
y dándole idoneidad para su reino. Jesús tiene grandes bendiciones
para otorgar, ricos dones para distribuir entre los hombres. Es el
Consejero maravilloso, infinito en sabiduría y fuerza, y si queremos
reconocer el poder de su Espíritu y someternos a ser amoldados por
él, nos haremos completos en él. ¡Qué pensamiento es éste! En Cristo
“habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis
completos en él”
El corazón humano nunca conocerá la felicidad
hasta que se someta a ser amoldado por el Espíritu de Dios. El
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Espíritu conforma el alma renovada al modelo, Jesucristo. Mediante
la influencia del Espíritu, se transforma la enemistad hacia Dios en
fe y amor, el orgullo en humildad. El alma percibe la belleza de
la verdad, y Cristo es honrado por la excelencia y perfección del
carácter. Al efectuarse estos cambios, prorrumpen los ángeles en
arrobado canto, y Dios y Cristo se regocijan por las almas formadas
a la semejanza divina...
El precio de la victoria
La lucha entre el bien y el mal no se ha vuelto menos fiera de
lo que era en los días del Salvador. El camino al cielo no es más
Efesios 6:12
.
Colosenses 2:9, 10
.