Página 97 - Mensajes Para los J

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Hacia adelante y hacia arriba
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Dios no es irrazonable
La iglesia de Dios está compuesta de vasos grandes y pequeños.
El Señor no pide nada que sea irrazonable. No espera que los vasos
más pequeños tengan la capacidad de los más grandes. Espera retri-
bución de acuerdo con lo que el hombre tiene, y no de acuerdo con
lo que no tiene. Haced lo mejor que podáis, y Dios aceptará vuestros
esfuerzos. Emprended el cumplimiento del deber que tengáis más a
mano y llevadlo a cabo con fidelidad, y vuestro trabajo será comple-
tamente aceptable para el Maestro. No paséis por alto las tareas más
pequeñas que os esperan, en vuestro deseo de hacer algo grande.
Guardaos de descuidar la oración secreta y el estudio de la Pala-
bra de Dios. Estas son vuestras armas contra aquel que se esfuerza
por obstaculizar vuestro progreso hacia el cielo. El primer descuido
de la oración y del estudio de la Biblia hace más fácil el segundo.
La primera resistencia a los ruegos del Espíritu prepara el camino
para la segunda. De este modo se endurece el corazón y se hace
insensible la conciencia.
Por otra parte, cada resistencia a la tentación hace más fácil la
resistencia. Cada negación de sí mismo hace más fácil la abnegación.
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Cada victoria ganada prepara el camino para una nueva victoria.
Cada resistencia a la tentación, cada acto de abnegación, cada triunfo
sobre el pecado, constituye una semilla sembrada para vida eterna.
Cada acto altruista da nueva fuerza a la espiritualidad. Nadie puede
tratar de parecerse a Cristo sin hacerse noble y fiel.
Desarrollad la confianza
El Señor reconocerá todo esfuerzo que hagáis para alcanzar el
ideal que él tiene para vosotros. Cuando fracaséis, cuando por trai-
ción seáis inducidos a pecar, no os sintáis imposibilitados para orar,
no os sintáis indignos de presentaros ante el Señor. “Hijitos míos, es-
tas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado,
abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”
El espera
con brazos extendidos para dar la bienvenida al hijo pródigo. Id a él
y contadle vuestros errores y fracasos. Pedidle que os fortifique para
1 Juan 2:1
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