Página 133 - El Ministerio M

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La clase de obreros que deben educarse
La causa de Dios estaría hoy mucho más adelantada de lo que
está, si en años anteriores hubiésemos estado más activos en el
adiestramiento de enfermeros que, además de la adquisición de una
habilidad más que común en el cuidado de los enfermos, hubieran
aprendido también a trabajar como evangelistas en el servicio de
ganar almas.
La escuela de Loma Linda se fundó para la preparación de
tales obreros, como también para la formación de médicos. En
esta escuela se han de preparar muchos obreros habilitados para ser
médicos, no para trabajar en ramos profesionales como médicos, sino
como misioneros médicos evangelistas. Esta preparación ha de estar
en armonía con los principios sobre los cuales se funda la verdadera
educación superior. La causa necesita a centenares de obreros que
hayan recibido una educación práctica y cabal en los ramos de la
medicina, y que también estén preparados para trabajar de casa en
casa como maestros, obreros bíblicos y colportores. Tales estudiantes
deben salir de la escuela sin haber sacrificado los principios de la
reforma pro salud, ni su amor a Dios y la justicia.
Los que adquieran una preparación avanzada en enfermería y
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salgan a todas partes del mundo como médicos misioneros evange-
listas, no podrán esperar del mundo los honores y las recompensas
que a menudo reciben los médicos plenamente acreditados. Sin em-
bargo, mientras atiendan su trabajo de enseñar y sanar, y se vinculen
tan íntimamente con los siervos de Dios que han sido llamados al
ministerio de su palabra, la bendición del Señor descansará sobre sus
labores y se realizarán maravillosas transformaciones. En un senti-
do especial, serán su mano auxiliar.—
Consejos para los Maestros
Padres y Alumnos, 456, 457
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