Página 200 - El Ministerio M

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Cuando se honra la superstición y la falsedad
Oro para que nuestro pueblo no caiga víctima de los ardides que
Satanás ha dispuesto para entrampar a las almas incautas. Pero ahora
mismo muchos están siendo engañados. Todos necesitan ser estu-
diantes independientes de la Biblia. Escribo palabras de advertencia
para que nadie se deje engañar por el enemigo con el fin de guiar a
otros por sendas tortuosas.
He llevado una pesada carga debido a la publicación de _____-
Pienso que el señor ha permitido que este asunto se desarrolle para
que se despierte nuestro pueblo y comprenda y valore correctamente
las verdades fundamentales que, como pueblo, hemos recibido de la
Palabra de Dios. Debemos saber que no hemos seguido fábulas arti-
ficiosas. Nuestro Padre nos ordena que recordemos los días antiguos,
luego de los cuales, cuando fuimos iluminados, soportamos una gran
prueba de aflicción. He recibido la más preciosa seguridad de que
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nuestra experiencia temprana fue de Dios. Me gustaría que cada
uno de nuestros hermanos pudiera conocer, como yo lo he hecho,
el camino seguro y cierto en el cual el Señor nos guió en el tiempo
pasado...
Me ocasiona gran tristeza ver que algunos de nuestros obreros no
son conscientes del carácter peligroso de las doctrinas que algunos
sostienen respecto a Dios. Sé cuán peligrosos son estos sentimientos.
Antes de tener diecisiete años de edad, tuve que dar testimonio contra
ellos delante de grandes grupos...
Ahora se están dando falsas interpretaciones a las verdades de
la Palabra, de modo que las mentes engañadas puedan agradarse
en esto. El error se hace aparecer como la verdad. Se me instruye
a dar un testimonio decidido contra estas teorías equivocadas. Se
me encarga un mensaje opuesto a las herejías y sofisterías que están
siendo propagadas por Satanás. La vida y las enseñanzas de nuestro
Señor no dan lugar a estas fábulas artificiosas. La pérdida de la vida
eterna es el precio que deberá pagar quien continúe honrando la
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