Página 199 - El Ministerio M

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Descuido de las verdades fundamentales por
especulación ociosa
En la Palabra de Dios hay grandiosas verdades que son dignas
de un intenso estudio. ¿Menospreciaremos estas grandes verdades
fundamentales para entrar en especulación sobre lo que no ha sido
claramente revelado? Acerca de algunas de estas doctrinas teóricas
frecuentemente se me hacen preguntas que yo no me siento con
libertad de responder. Algunas veces contesto a los que me hacen
tales preguntas: “Usted tiene la Palabra. Si el Señor deseara que
supiera ese asunto, usted encontraría la respuesta en su Palabra, y no
necesitaría preguntarme a mí. Si llegamos al cielo, allí entenderemos
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los asuntos que aquí no nos son claros.” Estudiemos estas grandiosas
verdades de las Escrituras; ellas son suficientes para llenar la máxima
capacidad de nuestra mente.
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. Oh, ¿conocemos a
Dios como deberíamoso? ¡Qué alivio, qué gozo deberíamos tener si
aprendiéramos diariamente la lección que él desea que aprendamos!
Debemos conocerlo en forma experimental. Esto será benéfico pa-
ra que pasemos más tiempo en oración secreta, familiarizándonos
personalmente con nuestro Padre celestial. En nuestra debilidad,
podemos allegarnos a él y solicitarle que nos imparta comprensión
de lo que hará a nuestro favor al separar de nosotros todo lo que
difiera de su propio carácter.—
The Review and Herald, 15 de agosto
de 1907
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