El Espíritu Santo como restaurador
El doctor E. ha cometido un gran error en relación con el ejercicio
y las diversiones, y una falla aún mayor en sus enseñanzas referentes
a la experiencia religiosa y a la exaltación religiosa. La religión de
la Biblia no es dañina para la salud del cuerpo o de la mente. La
influencia elevadora del Espíritu de Dios es lo que mejor restaura
al enfermo. Todo es salud en el cielo, y mientras más se sientan las
influencias celestiales, más segura será la recuperación del inválido
creyente...
Que los inválidos hagan algo, en vez de emplear la mente con
un juego simple, lo cual los rebaja ante su propia estima y los lleva
a pensar que su vida es inútil. Mantened despierto el poder de la
voluntad, pues la voluntad avivada y dirigida adecuadamente es un
potente suavizador de los nervios. Si se emplean los inválidos serán
mucho más felices y su recuperación se efectuará con mucha más
facilidad.—
Testimonies for the Church 1:556, 557
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