Inspirad al desanimado
Contad al doliente acerca del Salvador compasivo... Él contempla
con misericordia a los que consideran que su caso es desesperanza-
do. Mientras el alma está llena de temor y terror, la mente no puede
contemplar la tierna compasión de Cristo. Nuestros sanatorios deben
ser un canal para comunicar paz y descanso a toda mente cargada. Si
podéis inspirar al desanimado con una fe salvadora y esperanzada, el
contentamiento y el gozo tomarán el lugar del desánimo y la inquie-
tud. Entonces ocurrirán cambios maravillosos en su estado físico.
Cristo restaurará tanto el cuerpo como el alma, y al ser conscientes
de su compasión y amor, descansarán en él. Él es la Estrella Res-
plandeciente de la Mañana, que refulge entre las tinieblas morales de
este mundo pecaminoso y corrupto. Él es la Luz del mundo, y todos
los que le den el corazón hallarán paz, descanso y gozo.—
Carta 115,
1905
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