Página 256 - El Ministerio M

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Nuestra actitud hacia las instituciones del señor
En años pasados he escrito muchas cosas a nuestros hermanos de
Norteamérica, Europa y Australia, con relación a la actitud que deben
mantener hacia nuestras instituciones denominacionales. Ahora le
envío algunas de ellas a usted, como instrucción oportuna.
De una carta escrita en 1889, cito lo siguiente:
“Los que llevan grandes responsabilidades en nuestras institucio-
nes deben ser fortalecidos y apoyados al saber que los miembros de
todo lugar oran por la prosperidad y el éxito de estas instituciones.
Si las iglesias no sienten que la obra hecha en nuestras instituciones
es muy importante, y que los obreros necesitan su simpatía y su
cooperación inteligente y de corazón, esta deficiencia retardará el
avance de la obra. Las quejas son muy frecuentes con relación a
los hombres que llevan cargas pesadas. El desánimo viene sobre
estos hombres debido a los elementos no consagrados que hay en las
iglesias, a quienes les gusta hablar y dicen: ‘Informad, que nosotros
informaremos.’ Esto crea más trabajo para los hombres que ya están
sobrecargados.
“Los que se consagran diariamente a Dios y se esfuerzan por
mantener en alto las manos de los que llevan responsabilidades,
serán bendecidos por el cielo. Nosotros estamos comprometidos
para hacer una gran obra, y Satanás utilizará todo su poder con el fin
de ganar la adhesión de los mismos hombres y mujeres que podrían
cooperar con Dios en hacer una preciosa obra si fueran purificados,
santificados y guiados por el Espíritu Santo; si fueran de corazón
amante, veraces y llenos de tierno amor; y si dieran el respeto debido
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a los que Dios ha nombrado para llevar adelante una obra grande e
importante. Los hombres que tienen parte en el servicio del Maestro
a menudo han sido heridos por los que piensan y hablan mal, y
crean sentimientos de desconfianza y celos que no se deben tolerar
ni deben mantener vivos las lenguas impías.”
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