Página 262 - El Ministerio M

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Mantenimiento de una alta norma moral
Algunos que poseen influencia y que aparentemente obran a
favor del interés del sanatorio, incitan por su propia conducta un
menosprecio hacia las reglas y el orden; y la influencia de tales
personas propende a animar la insubordinación, especialmente en lo
que concierne al noviazgo y el matrimonio. Las partes no están pre-
paradas para cumplir sus deberes; viven una vida irreal, sumergidas
en visiones de gozo demasiado altas y románticas, y en su deseo por
agradarse mutuamente llegan a ser infieles.
Las ideas en torno al noviazgo tienen su fundamento en con-
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ceptos erróneos referentes al matrimonio. Siguen el impulso y la
pasión ciega. El noviazgo se basa en un espíritu de flirteo. Las partes
violan con frecuencia, las reglas de modestia y de reserva, y son
culpables de indiscreción si es que no quebrantan la ley de Dios.
No se discierne el propósito elevado, noble y loable de Dios en la
institución del matrimonio; por lo tanto, no se desarrollan los afectos
más puros del corazón ni los rasgos de carácter más nobles.
Usted no debe proferir una sola palabra, ni realizar una sola
acción que no esté dispuesto a que los santos ángeles contemplen y
registren en los libros arriba. Debe estar completamente dispuesto a
dar gloria a Dios. El corazón debe tener solamente un afecto puro
y aprobado, digno de los seguidores de Jesucristo, exaltado en su
naturaleza y más celestial que mundano. Cualquier cosa diferente de
esto es baja y degradante en el noviazgo; y el matrimonio no puede
ser santo y honorable a la vista de un Dios puro y santo a menos que
esté fundado sobre los elevados principios de las Escrituras.
Precauciones necesarias
Estas precauciones pueden ser consideradas como innecesarias.
Pero los que pugnan por una libertad más amplia no son dignos
de estar conectados con estas instituciones. El libertinaje leve suele
llamarse libertad, pero los profesos hijos e hijas de Dios deben elevar
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