Deudas innecesarias
A los administradores de todos nuestros sanatorios, yo diría: No
permitáis que se creen grandes deudas. No hagáis gestiones inne-
cesarias. Descartad vuestro deseo de adquirir un equipo completo
de una sola vez. Haced el mejor uso de las pocas instalaciones que
tenéis a vuestro alcance, en lugar de aumentar la deuda. Todo lo que
se necesita se obtendrá a su tiempo, pero no todos los accesorios e
instalaciones se requieren de una vez. Dejad que la razón, el pen-
samiento sensato y los cálculos prudentes sean la regla de acción.
Si el éxito acompaña vuestra institución, que se ha establecido para
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el cuidado de los enfermos, será porque los administradores han
preferido arreglárselas con las cosas más esenciales en vez de apilar
deudas.
El Señor hace una apelación a desempeñar una obra en muchos
lugares. Tendremos sanatorios que puedan manejarse sin acarrear a
nuestra causa grandes deudas.—
Carta 140, 1906
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