Se necesitan obreros experimentados
No es la decisión más prudente relacionar con nuestros sana-
torios a demasiadas personas sin experiencia, que vienen como
aprendices, mientras faltan obreros experimentados y eficientes. Ne-
cesitamos más mujeres matronas y hombres de principios sanos y
sólidos: hombres sólidos que teman a Dios y que puedan llevar res-
ponsabilidades en forma juiciosa. Puede ser que algunos se ofrezcan
para trabajar por sueldos menores, porque disfrutan al estar en el
sanatorio o porque desean aprender; pero no es verdadera economía
manejar una institución mayormente con auxiliares sin experiencia.
Si se conectara a las personas adecuadas con nuestros sanatorios,
y si todos humillaran el corazón delante de Dios, aunque ahora
pueda haber una pesada deuda sobre la institución, el Señor obraría
de tal forma que la deuda se aliviaría y las almas se convertirían
a la verdadal ver que los obreros siguen al Señor y guardan sus
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mandamientos.—
Manuscrito 57, 1909
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