Página 342 - El Ministerio M

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Prontitud y eficiencia
No debe obligarse a los enfermos a esperar cuando necesitan
consejo y alivio. El médico nunca debe descuidar a sus pacientes.
Ha de tener un juicio penetrante y rápido y debiera mantener en el
cuarto del enfermo una atmósfera afable. No debe ser frío, reticente
ni dubitativo, mas debe cultivar las cualidades que harán de él una
influencia suavizadora sobre los enfermos. Éstos desean más que
miradas; requieren palabras amables y optimistas. El médico debiera
estar listo a hablarles, a expresar palabras de aliento y de seguridad,
palabras que salgan del corazón con sabiduría, mostrando que en-
tiende los casos de quienes están bajo su cuidado. Esto inspirará
tranquilidad y confianza, aun en la primera cita.
El médico debe ser un hombre de mente pura. Si sus principios
son elevados, ejercerán una influencia de peso a favor del bien.
Los médicos necesitan estar continuamente llenos con el Espíritu
de Cristo, aprender lecciones de él, el más grande Maestro que el
mundo jamás conoció; entonces serán puros en pensamiento, mente
y acción. No darán oportunidad a que algunas palabras o modales
los guíen a pensamientos impuros.
La licencia está arruinando a muchas almas, y los médicos ne-
cesitan especialmente velar y orar para que no entren en tentación
y para que puedan tener esa gracia que hará de ellos ejemplos de
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piedad y pureza. Su trabajo está diariamente bajo la inspección deta-
llada de Dios, y su registro será examinado con exactitud en el libro
mayor del cielo.
Los médicos de nuestra institución de salud tienen responsabili-
dades diversas y de mucho peso. Su única seguridad está en mante-
ner sus pensamientos e impulsos bajo el control del gran Maestro.
Tienen oportunidades doradas para hacer el bien; pueden guiar y
moldear las mentes diferentes con las cuales se relacionan. Debieran
decidirse enteramente por Dios. Mostrad a los hombres y mujeres
conectados con el instituto cuán puros y nobles pueden llegar a ser;
manifestadles que tenéis una firme confianza en Dios, y que él es
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