Para exaltar la palabra de Dios
El Señor exige una solemne dedicación a él de todos los sa-
natorios que se funden. Nuestro objetivo en el establecimiento de
estas instituciones es que por su medio pueda proclamarse la verdad
para este tiempo. Para que esto se logre, los sanatorios deben ser
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administrados siguiendo lineamientos rectos. En ellos los intereses
comerciales no deben ser tan apremiantes que tomen el lugar de los
intereses espirituales. Deben tenerse ejercicios devocionales todos
los días. La Palabra de Dios no debe ocupar un lugar secundario
en ningún caso. Los que vengan a nuestros sanatorios en búsqueda
de tratamientos necesitan ver la Palabra de Dios—el pan de vida—
exaltada sobre todas las consideraciones comunes y terrenales. Debe
ejercerse una fuerte influencia religiosa. Debe mostrarse claramente
que la gloria de Dios y la exaltación de Cristo están sobre todo lo
demás.—
Carta 183, 1905
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