Página 371 - El Ministerio M

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Para otorgar alivio y aliento
En nuestros sanatorios es precisamente donde necesitamos médi-
cos profundamente convertidos y obreros sabios: hombres y mujeres
que no impongan sus ideas particulares al enfermo, sino que pre-
senten las verdades de la Palabra de Dios de una forma que traiga
alivio, ánimo y bendición a los pacientes. Esta es la obra para la
cual se establecen nuestros sanatorios: representar correctamente
las verdades de la Palabra de Dios, y llevar la mente de hombres y
mujeres a Cristo.
Que los servicios religiosos que se tengan cada día sean cortos
pero educativos. Presentad la Biblia y su autoridad, al Dios del cielo y
de la tierra, y a Cristo el Hijo, el gran don de Dios al mundo. Relatad
a los pacientes cómo vino el Salvador a la tierra para revelar el amor
de Dios por los hombres. Presentad ante ellos su gran sacrificio al
venir de esta forma a vivir y a morir aquí. Que se sepa que por medio
de la fe en Cristo todo ser humano pecador puede convertirse en
partícipe de la naturaleza divina, y puede aprender a cooperar con
Dios en la obra de la salvación.—
Carta 112, 1909
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