Relación con los irrazonables
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a sentir una profunda simpatía por ellos; la misma que mostraría por
un paciente enfermo que sufre, pero que por razón de su enfermedad
es incapaz de ver su peligro.
El valor de las almas que costaron la vida del unigénito Hijo de
Dios debe estimarse por el inmenso rescate que se pagó por ellas; y
ricos o pobres, blancos o negros, deben tratarse tomando en cuenta
el valor que Cristo colocó sobre el alma humana.
Estos pensamientos merecen una consideración solemne. Cual-
quier descuido de nuestra parte, cualquier exaltación del yo, cual-
quier júbilo irrazonable y pasional puede colocar un alma en las
sendas de la destrucción donde nunca hallará el camino estrecho
de la santidad que guía hacia el cielo. ... Se cometen graves errores
en el trato con mentes desequilibradas y enfermas. Se sienten mal
y necesitan un médico, no para que los extirpe como se hace con
un miembro enfermo, sino para que los sane. La conducta de Jesús
se muestra en la parábola de la oveja perdida. Si Cristo nos tratara
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como nos tratamos entre nosotros, ninguno de nosotros sería salvo.
¡Oh, cuántos se perderán debido a que nunca dijeron las palabras
que debieron expresar con delicada tolerancia!—
Carta 20, 1892
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