Cultivad una atmósfera de alabanza
No permitáis que los auxiliares trabajen en exceso. Que los pa-
cientes vean enfermeros alegres y radiantes, no enfermeros que,
debido al exceso de trabajo, estén desanimados y abatidos. Es muy
contrario a los principios sobre los cuales se fundan nuestros sanato-
rios dejar que los enfermeros se debiliten en su trabajo.
Los obreros deben practicar los principios de la reforma pro salud
en todo lo que hacen: al pararse, caminar, respirar, comer y vestir.
Deben rodearse de una atmósfera de alabanza. Deben cultivar la voz,
manteniéndola placentera y amable. No se debe escuchar palabra
alguna de desánimo. Que los enfermeros y los médicos vuelvan el
rostro hacia la luz. Que abran las ventanas del corazón hacia el cielo,
para que éste rebose de los rayos del Sol de Justicia.—
Carta 116,
1903
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