Página 381 - El Ministerio M

Basic HTML Version

El chisme
Hay algunos, tanto hombres como mujeres, que chismean más
de lo que oran. No poseen un claro discernimiento espiritual. Están
lejos de Dios. Cuando hablan con los pacientes, su actitud parece
decir, infórmeme que yo informaré.
A los auxiliares que sigan esta conducta se los debe reprender y
ayudar. Y si se niegan a cambiar su proceder, que sean despedidos.
Si se les permite continuar en la institución, ocasionarán situaciones
que separarán a Cristo del establecimiento. Es mucho mejor despedir
a los obreros rebeldes que cortar a Dios de la institución. Que los
auxiliares, no importa en qué departamento trabajen, sean discretos.
Si repiten todo lo que escuchan, y hablan de todo lo que ven, serán
una maldición para el establecimiento. Hay quienes encuentran
deleite en repetir cosas para crear sensación. Esto es desmoralizador
para una institución y no debe recibir el más mínimo aliento.—
Carta
30, 1887
.
377