Página 413 - El Ministerio M

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Los grandes recursos medicinales de la naturaleza
En los esfuerzos hechos para la restauración del enfermo a la
salud, se deben usar las cosas hermosas de la creación de Dios.
Contemplar las flores, tomar las frutas maduras de los árboles y
escuchar los cantos felices de los pájaros tiene un efecto peculiar-
mente animador sobre el sistema nervioso. De la vida al aire libre,
los hombres, las mujeres y los niños, obtendrán el deseo de ser puros
y sin mancha. Por la influencia de las propiedades de los grandes
recursos de la naturaleza, que estimulan, que revitalizan y que dan
vida, las funciones del cuerpo se fortalecen, el intelecto se despierta,
la imaginación se aviva y el espíritu se alegra. La mente se prepara
para apreciar las maravillas de la Palabra de Dios.
¿Por qué los jóvenes y las señoritas que tratan de aprender a
cuidar al enfermo, no habrían de tener la ventaja de los recursos
estupendos de la naturaleza?...
Con la ayuda de Dios, haré el máximo por mostrar el poder
vivificante de los rayos del sol y del aire fresco. ¡Cuánto mejor es
para el enfermo estar al aire libre que dentro de cuatro paredes,
aunque éstas puedan estar decoradas con muchos cuadros!—
Carta
71, 1902
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