Página 422 - El Ministerio M

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Una obra unida
Quiero hablar acerca de la relación que existe entre la obra
médica misionera y el ministerio del evangelio. Se me ha presentado
que cada departamento de la obra debe estar unido en un gran todo.
La obra de Dios debe preparar un pueblo para estar en pie delante del
Hijo del Hombre en su venida, y esta obra debe mantenerse unida.
La labor que debe alistar a un pueblo para subsistir en el último gran
día no debe estar dividida.
El ministerio del evangelio tiene que presentar la verdad que
debe recibirse para que el pueblo se santifique y esté listo para la
venida del Señor. Y esta labor debe abarcar todo lo que incluyó el
ministerio de Cristo. Los obreros del evangelio deben ministrar a la
derecha y a la izquierda, haciendo su trabajo en forma inteligente y
sólida.
No debe existir división entre el ministerio y la obra médica. El
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médico debe trabajar en forma pareja con el ministro, y con tanta
dedicación y minuciosidad para la salvación del alma como para la
restauración del cuerpo...
El cuerpo—El brazo—la cabeza
La obra médica misionera nunca se me ha presentado en ninguna
otra forma sino teniendo la misma relación con la obra como un todo,
como el brazo la tiene con el cuerpo: El ministerio del evangelio
es una organización para la proclamación de la verdad y para el
adelanto de la obra a favor de sanos y enfermos. Este es el cuerpo, la
obra médica misionera es el brazo, y Cristo es la cabeza sobre todo.
De esta forma se me ha presentado el asunto.
Se me ha dicho que debido a que la obra médica misionera es el
brazo del cuerpo, debiera mostrarse la misma unidad entre ambos.
Esto es así. La obra médica misionera es el brazo del cuerpo y Dios
desea que tomemos un interés decidido en esta obra.
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