Página 428 - El Ministerio M

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Animad a los obreros
Ahora debemos pedir a los que se escogen como presidentes
de nuestras asociaciones que comiencen a trabajar adecuadamente
en los lugares donde nada se ha hecho. Reconoced la obra médica
misionera como la mano ayudadora de Dios. Como su agencia
escogida, debe tener espacio y dársele aliento.
Los misioneros médicos deben tener tanto ánimo como cualquier
evangelista acreditado. Orad con estos obreros. Aconsejadlos si
necesitan consejo. No enfriéis su celo y energía. Por vuestra propia
consagración y devoción no dejéis de mantener una alta norma
delante de ellos. Se necesitan obreros en la viña del Señor en forma
urgente, y no se debe proferir ni una palabra de desánimo a los que
se consagran a la obra.—
Manuscrito 33, 1901
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