Página 443 - El Ministerio M

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Médicos como evangelistas en la ciudad
Los médicos cristianos pueden hacer una obra preciosa para
Dios como médicos misioneros. Muy a menudo demasiadas cosas
les llenan la mente, lo que los imposibilita para desarrollar la la-
bor que Dios desea que lleven a cabo como evangelistas. Que los
obreros médicos presenten las verdades importantes del mensaje del
tercer ángel desde el punto de vista médico. A veces los médicos
consagrados y de talento pueden conseguir un auditorio en las gran-
des ciudades cuando otros fracasan. Al unirse los médicos con los
ministros en la proclamación del evangelio en las grandes ciudades,
sus labores combinadas influirán sobre muchas mentes a favor de la
verdad para este tiempo.
Por la luz que Dios me ha dado, sé que su causa está en gran
necesidad de representantes de la verdad bíblica que estén llenos
de vida. Los ministros ordenados, solos, no dan abasto. Dios llama
no solamente a los ministros, sino también a médicos, enfermeros,
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colportores, obreros bíblicos y otros laicos consagrados de diversos
talentos, que tengan un conocimiento de la verdad presente, para
atender las necesidades de las ciudades inadvertidas. Debe haber cien
creyentes comprometidos activamente en la obra misionera personal
donde ahora hay sólo uno. El tiempo está pasando rápidamente. Hay
mucha labor por realizar antes que la oposición satánica obstruya
el camino. Se debe poner en operación toda agencia para que se
mejoren sabiamente las oportunidades presentes.—
The Review and
Herald, 7 de april de 1910
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