Un servicio doble
Usted necesita urgentemente la sabiduría divina que lo habilite
para servir en dos posiciones de responsabilidad: como médico
hábil y también como predicador del evangelio. Debe haber una
conversión diaria para que se puedan unir exitosamente la obra en
favor del cuerpo y del alma. No le puedo decir en detalle cómo se
hace esto, pero sé que usted debe realizar una obra importante en
el ministerio de la Palabra, e instruir a las almas en beneficio de las
cuales trabaja para que éstas crean en Jesucristo.—
Carta 64, 1910
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