Página 482 - El Ministerio M

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Se necesita una acción unida
Es el propósito del Señor que en todo lugar los hombres y las
mujeres tengan el privilegio de desarrollar sus talentos preparando
alimentos saludables con los productos naturales de la región [donde
vivan] de su país. Nadie debe prohibirles que lo hagan. Si miran a
Dios, ejerciendo su habilidad y su ingenio bajo la guía de su Espíritu,
aprenderán a preparar los alimentos naturales de una alimentación
saludable. De esta forma, podrán enseñar a los pobres cómo preparar
alimentos que reemplacen la alimentación a base de carne.
Los que reciban esta ayuda a su vez pueden instruir a otros. Tal
obra debe hacerse aún. Si se hubiera hecho antes, hoy militarían
muchas más personas en la verdad que las que lo hacen, y tendríamos
muchas más que podrían dar instrucción que las que hoy tenemos.
Aprendamos cuál es nuestro deber, y luego hagámoslo. No debemos
ser dependientes y desvalidos, confiando en otros seres humanos.—
Manuscrito 85, 1902
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