Página 483 - El Ministerio M

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Incentivos para la actividad
Algunos pueden decir: “Si el Señor viene pronto, ¿para qué esta-
blecer escuelas, sanatorios y fábricas de alimentos? ¿Qué necesidad
hay de que los jóvenes aprendan oficios?”
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El propósito del Señor es que mejoremos constantemente los
talentos que nos ha otorgado. No podemos hacer esto a menos que
los utilicemos. La esperanza de la pronta venida de Cristo no debe
inducirnos a la inactividad. En lugar de esto, debe guiarnos a hacer
todo lo que nos sea posible para bendecir y beneficiar a la humanidad.
Ningún ocioso está sin culpa a la vista del Señor.
La religión de la Biblia nunca hace holgazanes. Creemos que
la venida de Cristo está cerca. Por lo tanto, que cada uno haga el
máximo con el tiempo que Dios le ha dado para prepararse a sí
mismo y a otros para este gran evento. Enseñad la importancia de
los deberes de la vida a los que desperdician sus oportunidades.
Trabajad en favor del intemperante y del que usa tabaco, dicién-
doles que ningún borracho heredará el reino de Dios y que “No
entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación”.
Mostradles el bien que pueden hacer con el dinero que ahora gastan
y el bien que podrían hacer con el dinero que ahora emplean en lo
que sólo les acarrea daño.—
Carta 25, 1902
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