Orad por valor moral
Siempre que veo a niños alimentados con carne, desde que me
fue dada la luz del cielo, siento que si sólo los padres supieran lo que
están haciendo ayunarían y orarían en demanda de valor moral, y
Dios los dotaría con sabiduría y gracia para hacer lo correcto. Todos
los que sientan su necesidad del Espíritu para educar y disciplinar al
yo y para preparar adecuadamente a sus hijos, negarán las exigencias
del yo, tomarán su cruz y seguirán a Jesús.
El ayuno y la oración son recomendables y apropiados para cier-
tas cosas. En la mano de Dios, son medios de limpia el corazón y
fomentar una mente receptiva. Obtenemos respuestas a nuestras ora-
ciones porque humillamos nuestra alma delante de Dios. Si nuestros
apetitos claman por consumir carne, hay que ayunar y orar para que
el Señor nos dé su gracia y nos abstengamos de los deseos carnales
que batallan contra el alma.
Alimentaos de Cristo
Debe haber menos ansiedad con relación a qué comeremos y
qué beberemos para gratificar nuestros apetitos carnales; pero bien
podemos alentar el apetito del alma, y orar por iluminación especial
proveniente de la Palabra de Dios, y comer y beber aquella palabra.
Jesús dice: “Yo soy el pan de vida”...
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Debemos meditar constantemente en la Palabra, comerla, digerir-
la, y por la práctica asimilarla, para que se introduzca en la corriente
de la vida. El que se alimenta diariamente de Cristo enseñará a otros,
por su ejemplo, a pensar menos en lo que se come y a sentir mucha
mayor ansiedad por el alimento que debe proveerse al alma.
El verdadero ayuno
El verdadero ayuno que debe recomendarse a todos es una absti-
nencia de toda clase de alimento estimulante, y el uso adecuado de
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