Página 532 - El Ministerio M

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La jardinería y la salud
Que hombres y mujeres trabajen en el campo, en la huerta y en
el jardín. Esto comunicará salud y fortaleza a los nervios y a los
músculos. Vivir encerrados y alimentar así la invalidez, es un asunto
muy malo. Si los enfermos dieran a los nervios, a los músculos y a
los tendones ejercicio adecuado al aire libre, su salud se renovaría.
La ignorancia más increíble prevalece con relación a colocar el
cerebro, los huesos y los músculos en servicio activo. Cada parte del
organismo humano debe ser ejercitada en forma equitativa. Esto es
necesario para el desarrollo y la acción armoniosa de todo el cuerpo.
Muchos no ven la importancia de tener tierra para cultivar, y
de sembrar y cosechar frutas y verduras para que sus mesas estén
abastecidas con estas cosas. Se me instruye a decir a toda familia y
a toda iglesia, que Dios os bendecirá cuando obréis vuestra propia
salvación con temor y temblor, temiendo que, por un tratamiento
insensato del cuerpo, podáis echar a perder el plan que el Señor tiene
para vosotros.
Muchos actúan como si la salud y la enfermedad fueran en-
teramente independientes del proceder de ellos y estuviera com-
pletamente fuera de su control. No razonan de causa a efecto, y
se someten a la debilidad y a la enfermedad como si fueran algo
necesario. Consideran los violentos ataques de enfermedad como
dispensaciones especiales de la Providencia, o como el resultado de
algún poder dominante, que lo rige todo; y se vuelven a los fárma-
cos como cura para el mal. Pero las drogas ingeridas para curar la
enfermedad debilitan el organismo.
Ejercicio regular
Si los que están enfermos ejercitaran los músculos diariamente,
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tanto las mujeres como los hombres, en la vida al aire libre, utilizan-
do el cerebro, los huesos y los músculos en forma proporcionada, la
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